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El maíz es un cereal y como tal, está conformado mayoritariamente por hidratos de carbono, aproximadamente un 10% de proteínas y una mínima cantidad de grasa, además de contener fibra, vitaminas y minerales.
La Maizena, almidón de maíz, se obtiene de la molienda húmeda del maíz amarillo y se encuentra dentro del grupo de cereales y derivados. Es un polvo muy fino de color blanco constituido por hidratos de carbono complejos, de fácil digestión y fuente de energía. Maizena no aporta cantidades significativas de proteínas ni aporta grasas, y tiene un bajo contenido en sodio.
Resulta muy útil en la industria alimentaria, utilizándose tanto modificado, como sin modificar. Entre sus funciones se destaca la capacidad de retener agua, provocar la formación de geles, espesar líquidos, aportar textura y actuar como anticoagulante.
Maizena es un gran aliado en la cocina de todos los hogares. Se utiliza en numerosas preparaciones cocidas, como salsas, cremas, sopas, papillas y compotas, con la función de espesarlas. Además, es ingrediente de postres y masas que, sin modificar el sabor original de la preparación, le otorga una textura y consistencia lisa y suave. Se utiliza también para rebozar carnes, pollo y pescados, entre muchas otras preparaciones caseras.
En la cocina de dietas especiales, como dietas sin gluten, es un ingrediente esencial. Resulta de mucha utilidad a la hora de elaborar harinas y productos aptos para personas que tienen diagnóstico de enfermedad celíaca, sensibilidad al gluten no celíaco o alergia al trigo, ya que Maizena no contiene gluten. Maizena es de origen natural, de fuente renovable y tiene certificado Kosher y Halal.